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Queridos colegas:

                              Compartimos el orgullo de pertenecer a una Institución que a lo largo de su historia dio muestras de una vitalidad que le ha permitido reformularse en varias ocasiones, reinventando los ejes mediante los cuales sostener sus objetivos fundacionales: contribuir a la difusión de nuestra disciplina y a la formación de nuevos analistas. Una Institución que ha logrado entablar con sus tradiciones un vínculo habilitante, que la resguardó de convertirse en un museo que custodia celosamente sus reliquias y que, en cambio, le permitió en distintos momentos contar con el impulso necesario para sostener la búsqueda de nuevos derroteros. Una Institución, en fin, que ha dado muestras -como nos enseña la clínica- del “buen uso” que cabe esperar de las identificaciones.

      En ese sentido, la Reforma del 74, la apertura del ingreso a psicólogos y las modificaciones introducidas en 1998, son algunas de las discontinuidades creativas en nuestra trayectoria de más de setenta años. Cada una de ellas, en su momento, logró plasmar los cambios sustanciales que promovía en pugna con la tendencia a mantener el statu quo. Pero cada una de ellas no hubiera sido posible en un contexto institucional mayoritariamente apegado a una posición reverencial para con el legado recibido. Seguramente este contexto  no fue ajeno al surgimiento de desarrollos teórico-clínicos innovadores, como los impulsados -entre muchos otros- por  los Baranger, Bleger y Racker. 

     Es esta disposición abierta a lo nuevo, lo que nos ha permitido sortear -en líneas generales- el riesgo siempre presente de esa fijación esclerosante señalada por Bleger para nuestras instituciones: “Hay por lo menos ciertos aspectos de la organización psicoanalítica que -no me queda ninguna duda- los he visto funcionar de igual manera en partidos políticos extremos que llegan a una ortodoxia cerrada, impermeable, que se ha traicionado a sí misma en sus objetivos y en los que el objetivo de perdurar como organización ha sobrepasado totalmente a los objetivos primigenios para los cuales la organización empezó a constituirse”.   

     De cara a las elecciones que tendrán lugar a fines del 2016, queremos transmitir a toda la membresía nuestra voluntad de conformar un espacio institucional amplio y plural, que aloje la diversidad de filiaciones teóricas y de orientaciones clínicas que despliegan nuestros miembros. Un espacio que se autorice en nuestras tradiciones, pero que no convierta a la Institución en su santuario: que reconozca en su disposición siempre abierta al cambio el marco adecuado para la elaboración, pero también para la creación de los consensos necesarios que permitan  poner en práctica una propuesta integral de gestión para los próximos años. Orientada a profundizar los muchos aciertos de anteriores conducciones, a introducir aquellas rectificaciones que consideremos necesarias, a promover los debates y los nuevos dispositivos que los tiempos actuales requieren, y a fortalecer nuestra presencia en los distintos ámbitos de la cultura.

     Queremos hacerlo aprovechando al máximo el espacio amplio para el intercambio que abren los nuevos tiempos del psicoanálisis contemporáneo: un psicoanálisis que se conjuga cada vez más en plural, en el que ningún grupo puede reivindicar en forma excluyente su representación y que nos incita entonces a poner a trabajar creativamente nuestras diferencias, abandonando la ilusión de retorno a un “monolingüismo originario” y, sobre todo, la tendencia a cerrar debates a-priori  con la admonición de que “eso no es psicoanálisis”. Es una tendencia que configura un estilo a contramano de los tiempos actuales, y que sofoca las posibilidades de desarrollo que contiene nuestra rica diversidad.     

     Es por eso que perfeccionar dispositivos para la actividad científica que permitan testimoniar, brindar los fundamentos y poner en debate el abanico heterogéneo de prácticas existentes entre nosotros, nos ayudaría a avanzar en transparencia y pluralismo, así como a revitalizar y actualizar nuestros intercambios institucionales. Pero también los inter-institucionales: nos proponemos profundizar el camino de apertura marcado por el diálogo con otras Instituciones psicoanalíticas, componentes y no componentes de IPA. Nuevamente, consideramos que el espacio de la clínica puede constituirse en el punto de encuentro que permita tramitar en forma enriquecedora las “similitudes y diferencias” en el modo de abordarla: es lo que se desprende de la rica experiencia acumulada con las Jornadas Inter-institucionales.

     En el espacio somos muchos quienes pensamos que este impulso debería extenderse también al ámbito del Instituto, consensuando un marco reglamentario suficientemente inclusivo como para no forzar las convicciones clínicas de los miembros que llevan adelante la formación de nuevos analistas.  Son cambios que permitirían profundizar las marcas de pluralismo y de transparencia que, junto a la libre elección curricular y la libertad de cátedra -siempre perfectibles en su instrumentación- constituyen ventajas comparativas para los profesionales que demandan formación analítica.

     Es en este marco estimulante que proponemos pensar las muchas cuestiones que hacen al presente y el futuro de nuestra Institución, sostenidos en la convicción de que, afortunadamente, no tenemos que empezar “desde 0”. Podemos hacerlo, en cambio, apoyados en orientaciones sólidas de trabajo  impulsadas por gestiones anteriores, que han permitido en distintos campos construir un perfil diferenciado -la Universidad constituye un buen ejemplo- frente a los rumbos trazados por otras instituciones de IPA.

     En esa perspectiva, convocamos a todos los colegas interesados a participar en los equipos de reflexión y elaboración de propuestas para las “áreas-eje” de la Institución:

-Actividad Científica: propuesta de contenidos, pero también revisión de los dispositivos adecuados para su desarrollo, apuntando a promover una mayor participación de la membresía.

-Formación (Instituto, Comisión de Interior, centro de estudios, formación permanente, cursos virtuales).

-Publicaciones (Revista, revista on-line, política editorial, biblioteca).

-Centro Racker y lazos con la comunidad: servicios hospitalarios, centros asistenciales y educativos, actividades de orientación. Trabajo con psiquiatras. Grupos y práctica de comunidad terapéutica. Particularidades de la práctica de colegas en pre-pagos.

-Elaborar una política que ponga en evidencia los lazos existentes y determinantes entre Psicoanálisis y Cultura, para fortalecer una presencia sostenida de nuestra disciplina en los debates de nuestro tiempo.                       

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