
Con el título “Un aporte del maestro A.Perrota”, Punto de Encuentro difundió en estos días un texto en que nuestro colega comenta: “Por la información que recibí, el grupo que encabeza la Dra. Borensztejn se diferencia de otro en que propicia seriamente el análisis didáctico como fundamento de la formación de un analista”.
Lamentamos la información errónea que llegó a oídos del Dr.Perrota. Pluralismo y Apertura ha sostenido siempre la importancia de nuestro clásico trípode para la formación analítica. Y -dentro de él- el rol determinante que juega el análisis de formación. No pasa por ahí, entonces, el eje que -en este aspecto- diferencia ambos grupos.
Por donde sí pasa, en cambio, es en torno a la pertinencia de mantener el encuadre del didáctico anclado a un reglamento, autonomizado del registro transferencial que -en los “análisis comunes”- habilita al analista a escoger el setting más conveniente para ese paciente, en ese momento. Sabemos que hay colegas que consideran que un análisis, para serlo, requiere siempre del mismo setting. Y que hay también quienes consideran que un encuadre variable les permite contar con un instrumento más en su caja de herramientas.
Nos parece importante retomar esta rica controversia teórico-clínica en el marco amplio de la actividad científica de la futura gestión: nos permitirá, sin dudas, profundizar los fundamentos metapsicológicos de ambas posiciones. Y, a futuro, debatir qué normas reglamentarias brindan más oportunidades de alojar -en las tareas de formación- la diversidad de orientaciones teórico-clínicas existentes entre nosotros. Es un debate cuya continuidad nos debemos, y sólo mediando la decisión de una votación en Asamblea puede traducirse en un cambio de los actuales reglamentos.
Lamentamos que el Dr. Perrota no haya participado de estos debates que llevan ya cuatro años, y que no haya chequeado debidamente la información que dice haber recibido. De haberlo hecho (bastaba con revisar el dossier publicado por el Instituto), se habría enterado de que ninguna de las posiciones ahí expresadas se propone “eliminar el didáctico”. Habría podido constatar que el eje del debate pasa, como decíamos, por dónde depositar la responsabilidad de decidir su setting: si en el criterio clínico del analista o en la letra fría del reglamento. Y que apunta, entonces, al mismo síntoma institucional que lo (y nos) preocupa: “los didácticos muchas veces dejan que desear”, cuando se convierten en “un mero trámite administrativo”.
Pero lo que más lamentamos es que el grupo que suministró al Dr.Perrota esta información errónea persevere en azuzar prejuicios y temores, tergiversando los planteos del adversario. Pluralismo y Apertura, por su parte, seguirá apostando a utilizar el espacio pre-electoral y la difusión de sus propuestas para promover la reflexión institucional y preservar la affectio societatis.
Pluralismo y Apertura.